Mónica y Aarón son la pareja de la sonrisa eterna. Ponen el máximo cariño en todo lo que hacen y se hacen querer. Muchísimo. Eso se ve especialmente en las miradas de sus amigos y de sus familiares. A lo mejor sí que es verdad que todo lo que das, te es devuelto.
A Mónica le encanta la fotografía y ha sido una responsabilidad y un orgullo que nos escogiera. Como siempre, pusimos todo nuestro corazón en que su día quedase representado como se merecía.
Llenaron el Folló, una masía del siglo XII situada en el Parque Natural del Montseny, de detalles hechos por ellos mismos y de centenares de grullas de origami, que tradicionalmente se regalan a la gente que quieres o que es importante para ti. ¡Y nosotros tuvimos la nuestra! Fue una boda para recordar, con lágrimas de emoción, lágrimas de no poder parar de reír, con espectáculo de danza, de música y con la luz especial de estos dos guapos.